Guerra por el talento: una realidad global crítica en el éxito empresarial
Las organizaciones ya no reclutamos y seleccionamos, es al contrario, somos seleccionados.
Uno de los principales problemas al que se está enfrentado la industria a nivel mundial y local es la escasez de talento. En algunos casos, el factor demográfico está afectando cada día más, y también desde el punto de vista del cambio exponencial del conocimiento necesario en la industria. Esto hace imprescindible buscar talento que hasta ahora no se necesitaba y que normalmente se encuentra muy demandado. En este sentido, el modelo de detección, atracción y retención del talento se convierte en un aspecto estratégico en la industria, así como la posibilidad de dinamizar, formar y adaptarlo a las nuevas necesidades, que como indicaba, cambian de forma exponencial. Las tendencias mundiales sugieren que cada vez más, el talento se mueve de manera global. Por lo tanto, crear un ecosistema atractivo tanto empresarial como social ayudará en este aspecto, por lo que el círculo virtuoso nos dice que a mayor atractivo y apuesta por el tejido industrial con nuevos proyectos, retadores, y de futuro, mayor posibilidad de atraer talento. Sin industria y sin talento no hay desarrollo social y de país.
Esta problemática es una de las principales que sufren las empresas hoy en día. Y es global. Desde hace muchos años se viene escuchando el mantra de “la escasez del talento”. Esto parecía que no iba con nosotros, era algo más relacionado con países con industrias con grandes crecimientos o países emergente. Especialmente en España parecía que estábamos fuera de esta problemática, ya que todavía las empresas tenían la posibilidad de escoger a los trabajadores que necesitaban, siendo definidas las condiciones por parte de la empresa. Esta situación ha cambiado progresivamente, primero con algunos colectivos más limitados-por ejemplos, perfiles técnicos, IT, etc. pero progresivamente ha llegado a todos los niveles de la organización, sobre todos aquellos que requieran un determinado nivel de formación. Es indudable que hay un cierto factor demográfico, pero también se necesitan perfiles más especializados, y todas las empresas luchamos por ellos. Es decir, ya nos es que veamos las orejas al lobo, es que el lobo esta sentado a nuestro lado.
El mercado laboral es probablemente el único mercado en el que hay competencia absolutamente global, 360º. Un operario puede trabajar en una empresa cerámica o en un centro logístico, al igual que un director financiero, de cadena de suministro, etc. Es decir, estamos en competencia por el talento con nuestros competidores de negocio, pero también con nuestros clientes, proveedores, y con todos aquellos que juegan en el mercado laboral, aunque no tengan ninguna relación de negocio con nosotros. Ello significa que la competencia que las empresas tenemos en este ámbito es absoluta.
Las organizaciones ya no reclutamos y seleccionamos, es al contrario, somos seleccionados. Y por ello tenemos que cambiar el enfoque, pasando a un enfoque más “marketiniano” de los recursos humanos, mostrando y ofreciendo las ventajas que podemos ofrecer en nuestras organizaciones comparando con otras, en todos los aspectos que pueden representar atractivos o diferenciadores con relación a nuestra “competencia laboral”. Nuestra marca empleadore tiene que ser puesta en valor, y los primeros que tienen que cambiar y entender este nuevo enfoque son los departamentos de Recursos Humanos.
La comunicación juega un papel fundamental en este cambio, ya no solo es que “lo que no se comunica no existe”, si no comunicamos interna y externamente no podremos poner en valor aquellos aspectos que tenemos diferenciadores como empleadores. Y ello es absolutamente necesario para darle valor a nuestra marca como empleadores, ser atractivos, y tanto conseguir que las personas que están en nuestra organización como las potenciales incorporaciones consideren que es un buen entorno para desarrollarse personal y profesionalmente hay que ofrecer no solo desarrollo profesional, sino posibilidades de equilibrio personal.
Un factor crítico en el proceso de atracción y gestión del talento es el cultural. No es lo mismo gestionar y entender el talento en países como Egipto, México, Estados Unidos, Tailandia y España.
Y en sectores con un alto grado de internacionalización, como el cerámico, este aspecto es clave. En cada país, el talento prioriza determinados aspectos, y por lo tanto, al igual que cuando se hace un plan de marketing para vender el producto de nuestras empresas, debemos buscar el posicionamiento adecuado para buscar el talento. Cuáles son los canales adecuados para conseguirlo, cuáles son los aspectos que más se valoran localmente no sólo para atraer, sino también para continuar en la empresa. Asimismo, hay que tener en consideración la cultura y valores locales para conseguir el mayor nivel de compromiso posible siendo el compromiso con la organización una de las métricas que más alto correlaciona con una baja rotación y un alto índice de satisfacción dentro de la empresa.
En el año 1997 en la revista de Mckinsey se publicó el artículo “The war for talent” la guerra por el talento basado en un estudio realizado al respecto. Posteriormente en 2003 se publicó un libro con el mismo nombre por parte de los mismos autores. Estamos hablando de hace más de 20 años. Y ahora la guerra por el talento está con más vigencia y es más crítica que nunca. Aquellas organizaciones que mejor gestionen esta realidad serán las que saldrán mejor posicionadas para el éxito. Sin talento no hay futuro empresarial. Y hoy, realmente, y más que nunca, es una realidad. La gestión del talento ha pasado a ser un aspecto estratégico en la gestión de las empresas. Forma parte de las discusiones no solo a nivel de equipo Directivo, sino también de Consejo de Administración. Esto no es una proyección, como hacía el estudio de Mckinsey en 1997. Es una realidad global que hay que entender y gestionar.
El factor de la diferencia del éxito empresarial es la gestión del talento. Ya no le vemos las orejas al lobo. El lobo está aquí con nosotros.
